Desde diciembre de 2019, el mundo se encuentra revolucionado por el brote del coronavirus, denominado Covid-19, una enfermedad infecciosa que pone a prueba la tecnología más avanzada.
La emergencia y rápida propagación del virus permite tener una mejor perspectiva sobre cómo la innovación y la tecnología ayudan a manejar emergencias de salud públicas. En este caso, ya es posible apreciar el enorme impacto del desarrollo tecnológico gracias al crecimiento exponencial de la conectividad y el acceso a la información.
Decodificación del virus.
Cuando se detectó el primer brote de SARS en 2002, se tardó más de un año en secuenciar el genoma del virus. Hoy, 18 años después, los avances en secuenciadores permitieron no sólo que el costo del proceso disminuya enormemente, sino también acelerarlo: el genoma del coronavirus fue secuenciado menos de un mes después de haber identificado el primer caso. De la misma manera, un laboratorio en Singapur anunció que lanzaría un kit que permitiría a los pacientes ser testeados por tres tipos de coronavirus en menos de dos horas.
Seguimiento en tiempo real.
Herramientas de vigilancia desarrolladas a partir de algoritmos de inteligencia artificial toman datos de noticias, foros, blogs y organismos de salud públicos para advertir a sus clientes de potenciales brotes de enfermedades como el coronavirus. Por ejemplo, una empresa de monitoreo de salud canadiense alertó sobre el comienzo de la epidemia el 31 de diciembre de 2019, 10 días antes de que la Organización Mundial de la Salud emitiera el primer comunicado oficial sobre el coronavirus.
Al mismo tiempo, la compañía predijo correctamente que, en los días posteriores, el virus viajaría desde Wuhan hasta Bangkok, Seúl, Taipéi y Tokio. Por supuesto, esta tecnología también permite seguir el progreso del coronavirus en tiempo real, como puede verse en el mapa interactivo desarrollado por el Centro de Ingeniería y Ciencias de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.
Robots y drones: un rol fundamental
Muchos aeropuertos que tienen comunicación fluida con China han instalado dispositivos que permiten detectar si la temperatura de los viajeros es superior a lo normal. Son cámaras que utilizan sensores térmicos para capturar el calor que produce el cuerpo de una persona para generar una imagen 2D, similar a un mapa físico, donde cada temperatura es señalada con un color diferente. Ciudades de China como Beijing, Shanghái y Shenzhen implementan esta tecnología en subtes, escuelas y centros comunitarios.
Robots, más específicamente drones, incorporan este tipo de cámaras térmicas para detectar individuos con temperaturas elevadas y, además, distribuir mascarillas, alimentos y productos desinfectantes sin establecer contacto físico. En hoteles, hospitales y otros edificios públicos se ven robots que desinfectan habitaciones y/o hacen llegar alimentos a los pacientes aislados.
Trabajo y educación remota.
Si bien el Covid-19 es un desafío principalmente médico y científico, el virus tiene un impacto directo en los hábitos de las organizaciones. Muchas empresas ofrecen, gracias a la nube, la posibilidad de trabajar desde casa a través de plataformas colaborativas y software para reuniones en línea. Algo similar ocurre con las escuelas que han tenido que cerrar sus puertas para evitar el contagio. Docentes y alumnos concurren a clase desde sus casas, conectados a través de la red, algo que es posible gracias al avance de la nube y el acceso fácil y rápido a la conectividad.
Detección de fake news.
Periodistas e investigadores, pero también empresas como Facebook, Google y Twitter, han documentado y alertado sobre el crecimiento de noticias falsas sobre el virus, desde el origen de la enfermedad hasta curas milagrosas. Nuevamente, la inteligencia artificial juega un rol fundamental a la hora de analizar trillones de artículos y comentarios publicados en las redes sociales, y redirigiendo usuarios a fuentes confiables de la OMS o el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC).
Sin embargo, esto incluye nuevas formas de phishing que los atacantes aprovechan para difundir malware o robar información personal, como contraseñas o datos bancarios. La OMS alertó en su página oficial sobre atacantes haciéndose pasar por el organismo, mientras que los dominios relacionados con el coronavirus tienen 50% más posibilidades de ser maliciosos que otros dominios registrados en el mismo período.
Desde VU, recomendamos mantener la calma y ser precavidos con la información que circula y que se brinda, dado que en casos de robos de información los atacantes suelen valerse de la emergencia para que los usuarios no tengan tiempo de pensar. En este caso, la conmoción causada por el coronavirus es la excusa perfecta para apresurar a las personas a tomar decisiones en pocos segundos.
Si se reciben correos electrónicos sobre el tema, una de las medidas principales de seguridad es colocar el cursor sobre la dirección de mail del remitente para ver el dominio completo, y evitar abrir archivos adjuntos o hacer click en links en el cuerpo del mail.
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