Por Ileana Rojas, vicepresidenta y gerente general de Intel Costa Rica, y por Max Ramírez, gerente de la fábrica de ensamble y prueba.
La pandemia aceleró de manera extraordinaria nuestra incursión personal y empresarial en el mundo tecnológico. Además, nos puso a pensar en cómo optimizar los procesos.
Aunque hemos avanzado en esta cuarta transformación digital en la que se combinan diferentes tecnologías para hacer las cadenas productivas más eficientes, y en donde los datos realmente generan una transformación en la empresa, aún queda mucho camino por recorrer. Para nuestra región la industria 4.0 debe verse como una gran oportunidad para potenciar la resiliencia empresarial, y la reactivación económica.
Estas son tres razones de por qué es necesario dar el salto:
1. Una industria en crecimiento
Las tecnologías asociadas a la industria 4.0 seguirán creciendo y evolucionando durante la próxima década; no hay vuelta atrás. Por duro que suene, las empresas que no migren a esta nueva era, tarde o temprano podrían quedar fuera del mercado, porque tendremos impacto en toda la cadena de suministro.
En nuestra región hemos dado pasos agigantados, por ejemplo: en conectividad, pero tenemos que seguir trabajando. Diversas industrias ya han dado el salto con el uso de tecnologías como el internet de las cosas, almacenamiento en la nube, análisis automatizado de datos, inteligencia artificial y los equipos de cómputo de alto rendimiento. Vamos en la dirección correcta, pero necesitamos acelerar el paso.
2. Mejor desempeño empresarial
El beneficio más importante que una empresa puede tener en la industria 4.0 es sin duda el obtener información a través de los datos que genera.
Para que tenga una idea más clara, podría, por ejemplo: reducir el tiempo de producción, de utilización de máquinas, visualización en tiempo real de información relevante para toma de decisiones, dar eficiencia a los procesos, aumentar la producción, mejorar la cadena de suministros, dar valor agregado a tus productos y estimular los flujos de ingresos.
3. Retos por atender
Uno de los principales retos es entender que una fábrica inteligente está definida por la agilidad y la producción autónoma, en donde los datos se almacenan, procesan, analizan y transforman en información que realmente genera cambios en la empresa. Pensar en que se trata solamente de automatizar máquinas es un gran error. El costo de la inversión inicial puede ser elevado, sin embargo, hay que verlo como una inversión a largo plazo y la única forma de competir en el futuro cercano.
Además, debemos tener claro que la automatización, la conectividad y la predictibilidad están redefiniendo el perfil de los colaboradores; se trata de llevarlos a tareas de mayor valor y eso implica promover la educación.
Dar el salto sin miedo
Si ya tiene en su empresa procesos estandarizados y con sistemas fundamentales que lo hagan predecible, ya está listo para dar el salto y comenzar a pensar en los beneficios de la flexibilización de las máquinas, en el envío de datos a través de dispositivos, en centralizar la información y ponerla en la nube, en definir qué información es la que quiere tener disponible para más personas, incluidos los clientes.
Desencadenar el poder y potencial de los datos tienen enormes beneficios para hacer crecer a su empresa.
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