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Licencias y regulaciones para neobancos: el gran reto en América Latina


Por: Mauricio Fernández, director de Operaciones Américas de BPC Banking Technologies.

(ITNOW)-.   Desde el año 2015 el mundo ha visto un aumento constante en la creación de bancos digitales en todo el mundo. El surgimiento de los neobancos no ha sido exclusivo de los mercados desarrollados como Estados Unidos y Europa, es más un fenómeno global con bancos digitales emergentes en América Latina, Asia, África y Medio Oriente.

Actualmente hay más de 400 bancos digitales independientes, 52 en América Latina, que cuentan con una base de clientes combinada de más de 500 millones de clientes que colectivamente, están teniendo un impacto permanente en el mercado, impulsando la innovación y la competencia, y estableciendo el punto de referencia para los operadores tradicionales.

Actualmente América Latina y el Caribe cuentan con una población de más de 650 millones de habitantes, dentro de la cual existe una generación joven y dinámica que impulsa a la región hacia la innovación, la transformación digital y la adopción de nuevas tecnologías.

Esto convierte a América Latina en uno de los mercados globales de más rápida evolución en lo que respecta a la penetración de Internet y los teléfonos inteligentes, lo que a su vez se traduce en una mayor demanda de acceso eficiente e instantáneo a los servicios digitales, potencializando el desarrollo y crecimiento de los neobancos.

La aparición de los bancos retadores y la introducción de diversas iniciativas regulatorias ha impulsado desde 2011 la bancarización de la población en países como Brasil (+24%), Colombia (+16%) o Argentina (+16%), permitiendo que los clientes aprovechen el panorama cambiante del mercado y las nuevas e innovadoras ofertas.

Algunos de los beneficios de los neobancos es que tienen una variedad de factores diferenciadores que normalmente se adaptan a las necesidades específicas del cliente, lo que permite que estos nuevos actores tengan una gama de propuestas de valor y servicios que evolucionan continuamente y se adaptan a sus necesidades.

El crecimiento de las iniciativas neobancarias en América Latina se puede atribuir en parte a las intervenciones positivas de los organismos reguladores. Brasil, por ejemplo, está en camino de implementar uno de los marcos de banca abierta más ambiciosos del mundo este año.

Los servicios financieros en todo el mundo están regulados de diferentes formas con el fin de proteger la estabilidad de la economía, proteger a los clientes y lograr los resultados sociales deseados. Los marcos regulatorios y los requisitos de licencia varían ampliamente entre jurisdicciones y tipos de servicios financieros. La elección de la licencia reglamentaria depende de la propuesta de valor y el modelo comercial con el que se concibió el negocio.

Una solicitud de licencia bancaria tradicional puede ser una opción bastante compleja y costosa para un neobanco. El beneficio es que permite brindar una gama más amplia de servicios bancarios, pero esto conlleva mayores obligaciones regulatorias y de cumplimiento y, a menudo, mayores requisitos de capital.

Otro aspecto a tener en cuenta es que la solicitud de una licencia bancaria tradicional tiene un proceso muy largo y puede tardar hasta 15 meses dependiendo de la jurisdicción, lo que puede resultar costoso para las empresas emergentes.

La promoción de una regulación bancaria que promueva la actividad se viene adelantando en países como Brasil y México, y también se están produciendo avances positivos en Colombia o Chile. Los intentos de regular el espacio de tecnología financiera y las discusiones en torno a la banca abierta aún se encuentran en etapas tempranas en la mayoría de los países latinoamericanos y requerirán un mayor desarrollo para aprovechar al máximo el potencial de las nuevas ofertas digitales. Es aquí donde las empresas globales y consolidadas en el ecosistema Fintech como BPC Banking Technologies y Radar Payments, estamos tomando la iniciativa para apoyar y acompañar a los reguladores en el camino hacia una transformación digital financiera con los mayores estándares globales.

El gran reto para América Latina durante los próximos años, será que los entes reguladores de toda la región puedan avanzar a la par de estas empresas y los neobancos emergentes con todas sus propuestas y servicios para poder llegar a todas las regiones, poblaciones y segmentos del mercado.

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