Giovanni Cordero
Le llevo meses de trabajo al Instituto Tecnológico de Costa Rica lograr ensamblar de manera exitosa un satélite capaz de llegar al espacio. El ensamblado se llevo a cabo en un cuarto facilitado por la empresa MOOG Medical, en la Zona Franca El Coyol, donde en octubre del año pasado se finalizó su construcción.
Una vez finalizado esto el satélite fue enviado a Japón, donde un equipo conformado por ingenieros costarricenses y japoneses realizaron las ultimas pruebas técnicas necesarias para garantizar que el aparato sería capaz de soportar las condiciones extremas del espacio. En su ascenso al espacio el satélite está expuesto a cambios de temperatura de 80 grados centígrados en menos de 90 minutos.
El lanzamiento se realizó el 2 de abril y el satélite fue impulsado por la tecnología Falcon 9 de SpaceX en su modelo de cohete mas reciente, el Dragon. Dos días después la nave llegó a la Estación Internacional Espacial (ISS) y el satélite tico fue transportado a bordo.
Actualmente el aparato se encuentra a unos 400 kilómetros de altura, es decir, a la misma órbita que la Estación Espacial. Así se comprobó que el Proyecto Irazú, los meses de trabajo y el esfuerzo de muchos ingenieros costarricenses valió sus frutos.
Según Marco Gómez, director de proyectos del Laboratorio de Sistemas Espaciales (SETEC-Lab), el satélite continuará orbitando durante seis meses alrededor de la Tierra y pasará dos veces al día sobre territorio costarricense. En su recorrido recopilará la información de la estación remota en San Carlos y en la otra transmitirá los datos al centro de control de misión, ubicado en Cartago.
“El equipo multidisciplinario de estudiantes y funcionarios del TEC hizo un excelente trabajo el día de hoy, contactando el satélite en su primer pase sobre Costa Rica. El hito no solo demuestra el funcionamiento óptimo del satélite, sino también la calidad de trabajo de científicos e ingenieros nacionales”, detalló Gómez.
El Proyecto Irazú, que sirvió para lanzar al espacio un satélite del tipo CubeSat (un cubo de 10 centímetros de diámetro y 1 kilogramo de peso), tiene como principal función monitorear la fijación de carbono en árboles costarricenses.
Fue liberado al espacio desde el módulo japonés Kibo, de la Estación Espacial Internacional (ISS), junto a otros satélites de Turquía y Kenia. Todo esto fue transmitido en vivo por la Agencia Espacial Japonesa, quien facilitó el lanzamiento y puesta en órbita.
“Los resultados fueron mucho mejor de lo esperados, ya que se logró hacer contacto a la primera y obtuvimos más tiempo de transmisión de lo que esperábamos en los cálculos previos”, explicó el ingeniero Esteban Martínez, encargado de comunicaciones de la misión y estudiante de maestría del TEC.
Una vez que los ingenieros contacten el satélite le indicarán a la computadora a bordo que realice las tareas de autodiagnóstico. Después, le darán la orden de conectarse con la estación remota en San Carlos, donde se están monitoreando datos de crecimiento de árboles de melina en una plantación especial del TEC.
El satélite transmitirá esa información a la estación de comunicaciones, en Cartago, con lo que el Proyecto Irazú comprobará la utilidad de la tecnología espacial para monitorear efectivamente a los bosques costarricenses.
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