La Universidad Francisco Gavidia, de El Salvador, anunció la puesta en marcha de un chatbot al que ha llamado Francis y con el que dará atención a consultas a procesos de la entidad durante y posteriormente a los horarios habituales.
“Tiene personalidad alegre y muchas ganas de seguir aprendiendo… provee información inmediata a las consultas realizdas a través de la página institucional de Facebook”, anunció en un su blog.
Quienes deseen interactuar con una persona, tienen la opción de solicitarlo desde un inicio o en cualquier momento, excepto en horarios no habituales.
Los chatbots se han convertido en ese otro miembro del equipo de las empresas para darle continuidad al negocio y que representan un ahorro de costos así como la respuesta a consultas repetitivas mediante la automatización.
Según Štěpán Húsek, socio de Deloitte República Checa, “la complejidad y, por lo tanto, la intensidad laboral necesaria para el desarrollo de un chatbot es directamente proporcional a la complejidad de las tareas con las que se supone que debe ayudar al usuario”.
Los chatbots están en boga
Ya sea que se trate de un tarea simple o de una compleja, ambas condiciones implican una lógica compleja de negocios, para conectarlos una API de tercero o integrarlos a los recursos con los que cuenta la empresa.
Aunque no son nuevos, ya que su conceptualización nació en la década de 1960, los avances en el lenguaje natural y la inteligencia artificial han puesto a los chatbots en boga.
Un ejemplo de ello es la incorporación de los chatbot a Facebook Messenger que procura la interacción entre los negocios y los consumidores.
La consultora Statista ha pronosticado que el mercado global de chatbots rondará los US$1 250 millones en 2025.
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