La adopción de un modelo híbrido tiene como resultado una reducción de los desplazamientos en automóvil y, por consiguiente, una disminución en la huella ambiental.
La adopción de nuevas tendencias laborales conlleva beneficios ambientales significativos, como la reducción de las emisiones de CO2 relacionadas con los desplazamientos al lugar de trabajo y una mayor eficiencia energética.
Según Federico Reyna, gerente de Negocios de WeWork Costa Rica, el enfoque hacia un trabajo híbrido va más allá de simplemente disminuir las emisiones de carbono al reducir el uso de vehículos para llegar al lugar de trabajo. También implica una optimización de recursos para las empresas, evitando la necesidad de construir, alquilar o mantener sus propios edificios. "Un 78% de los costarricenses consultados dicen que se sienten más felices y saludables con el modelo del trabajo híbrido, mientras que un 89% afirmó que la principal ventaja es la disminución en el tiempo de transporte", explicó Reyna.
En Costa Rica, el transporte es responsable del 42% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI). Esto lo convierte en el sector que más contribuye al calentamiento global a nivel local. Este dato se corresponde con la tendencia global, ya que, según los indicadores de Statista, el transporte a nivel mundial es uno de los principales generadores de contaminación y produjo más de 7.000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (GtCO2) en 2021. Las personas que utilizan vehículos privados representaron aproximadamente el 39% de las emisiones del transporte a nivel mundial ese año, convirtiéndose en la principal fuente de gases de efecto invernadero.
Además, según la "Encuesta Mundial de Consumidores de Statista", más de la mitad de las personas encuestadas en diversos países afirmaron utilizar automóviles para desplazarse al trabajo.
Según Reyna, una de las soluciones más efectivas para reducir la cantidad de vehículos y las emisiones generadas por los automovilistas es ofrecer alternativas que permitan a las personas acudir a su lugar de trabajo sin necesidad de realizar grandes desplazamientos. "En Latinoamérica, estamos presenciando una transición hacia un modelo de descentralización de operaciones conocido como 'hub-and-spoke', en el cual las organizaciones tienen una sede central ('hub') y oficinas adicionales en diferentes zonas. Esto, junto con la implementación del trabajo híbrido, reduce los tiempos de desplazamiento hacia la empresa al proporcionar oficinas más cercanas al equipo de trabajo y al disminuir la frecuencia de asistencia", explicó.
Estas condiciones fomentan prácticas más sostenibles, desde el uso del transporte público hasta la movilidad activa, como caminar o andar en bicicleta. Esto es especialmente factible cuando la infraestructura proporciona alternativas para utilizar medios de transporte diferentes al automóvil.
Otro aspecto favorable de los espacios de trabajo flexibles es su construcción con criterios sostenibles, incluyendo el diseño pasivo. Esto implica aprovechar al máximo las características del entorno, como la luz natural y las corrientes de aire.
La implementación de altos estándares ambientales en la infraestructura de los edificios no solo reduce la huella ecológica en términos de consumo de energía y recursos, sino que también contribuye al bienestar general de los usuarios. Esto demuestra una vez más cómo las decisiones ambientalmente conscientes tienen un impacto integral en varios aspectos de la vida de las personas.