Los sistemas de hongos son más tolerantes a fallos y se autoregeneran, lo que significa que son más resistentes a las averías.
El futuro de la informática podrá estar en los hongos según un estudio del Unconventional Computing Laboratory de la Universidad del Oeste de Inglaterra, que está investigando su uso para crear sistemas de computación y sensores.
La computación convencional se basa en sistemas binarios de unos y ceros, lo cual limita su capacidad de procesar y analizar información de manera precisa. No obstante, los hongos tienen la capacidad de enviar y recibir señales eléctricas, además de retener memoria, lo cual los convierte en una alternativa a los sistemas tradicionales.
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Los hongos podrían ofrecer ventajas como tolerancia a fallos y bajo consumo de energía. Los investigadores de la iniciativa mezclan cultivos de micelio con fibras naturales como el cáñamo o astillas de madera y permiten que el micelio colonice el sustrato.
Seguido a esto, se insertan electrodos y registran el comportamiento del micelio. Al estimular el micelio, se produce actividad eléctrica, lo que permite obtener una respuesta. Cabe resaltar que los patrones de actividad eléctrica pueden utilizarse para crear circuitos lógicos básicos, que se utilizan para crear sistemas de computación y sensores.
Otro beneficio del uso de hongos en la computación es que estos son reconfigurables, lo que significa que pueden adaptarse a diferentes situaciones y cambiar su función a medida que cambian las necesidades.
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