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¿El cloud computing se enfría?

Los tres gigantes del mercado comunicaron una caída en los ingresos de su negocio en la nube, mientras los clientes buscar nuevas formas de aprovechar su infraestructura existente.


Amazon, Microsoft y Alphabet (Google), las tres potencias del mercado basado en la nube, informaron números que muestran una desaceleración en sus negocios. Amazon Web Services y Google Cloud, que también incluye el software de productividad Workplace, mostraron ingresos para el cuarto trimestre por debajo de las estimaciones de los analistas.


El crecimiento de los ingresos de Google Cloud bajó al 32 % en el cuarto trimestre desde casi el 38 % en el tercer período. Los ingresos estuvieron casi US$100 millones por debajo de las estimaciones de los analistas.


Los de Amazon, pionera y aún líder en este negocio, cayeron del 27% al 20%. La unidad registró ventas por US$21.400 millones de dólares, casi US$500 millones menos de lo proyectado. En 2018, Amazon Web Services (AWS) estaba creciendo más del 45%.


Amazon informó más de US$110.000 millones en compromisos en contratos con términos originales de más de un año. Eso representó un 37% más que el año anterior, pero una disminución del 57% de crecimiento en el tercer trimestre.



Azure, de Microsoft, ocupa el segundo lugar en infraestructura en la nube después de AWS. En su caso, el crecimiento de los ingresos se desaceleró del 35% al 31%, aunque la compañía no reveló el tamaño del negocio en dólares, según un reporte de CNBC.


El CEO de Microsoft, Satya Nadella, reconoció esa tendencia, pero dijo que no es permanente. Y algunos expertos coinciden.


Por ejemplo, la consultora Gartner espera que el cloud crezca en general un 26,8% en 2023, en comparación con el 25,9% del año pasado.


El crecimiento del hardware y software tradicional cayó en los últimos años, pero ese gastó migró a la computación en la nube a medida que las empresas cambiaron su forma de ejecutar aplicaciones y almacenar datos, es especial impulsados por la pandemia.


Pero la inflación y un aumento constante de las tasas de interés en Estados Unidos han llevado a las compañías a reducir el gasto y buscar nuevas formas de capitalizar su infraestructura existente.


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