Europa quiere que la IA acceda a más información: Bruselas estudia relajar la privacidad
- Malka Mekler
- hace 40 minutos
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La propuesta plantea cambiar la definición de datos personales, crear excepciones para la industria de IA y otorgar nuevas bases legales para el rastreo de usuarios en web y aplicaciones.

Bruselas está preparando cambios profundos en su arquitectura digital y, esta vez, la privacidad aparece como el precio a pagar para acelerar el auge de la inteligencia artificial. Según documentos obtenidos por Politico, la Comisión Europea proyecta una reforma que permitiría a los desarrolladores de IA acceder y procesar más datos de usuarios, incluso aquellos catalogados como altamente sensibles, en busca de una ventaja competitiva frente a Estados Unidos y Asia.
La iniciativa forma parte de un paquete legislativo que la Comisión planea presentar este mes y que modificaría la fortaleza jurídica del Reglamento General de Protección de Datos, una norma concebida para blindar la información personal en Europa y considerada la línea roja de la política tecnológica del bloque. Aunque el Ejecutivo europeo insiste en que se trata de ajustes “técnicos” para simplificar normas y reducir trámites, los documentos citados por Politico muestran una reconfiguración del concepto de datos personales, la creación de excepciones para el entrenamiento de modelos de IA y cambios en el tratamiento de información pseudonimizada.
El borrador permitiría que las compañías de inteligencia artificial procesen categorías especiales de datos, como creencias políticas o religiosas, información sobre salud o identidad étnica, con fines de entrenamiento y funcionamiento de modelos. También reinterpreta qué se define como dato personal, al proponer que la información pseudonimizada no siempre quede protegida por el RGPD, alineándose con un reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Además, se pretende modificar las reglas que sustentan los banners de cookies, dotando a sitios web y aplicaciones de nuevas bases legales para rastrear actividad más allá del consentimiento explícito.
La ofensiva tecnológica de Bruselas se enmarca en un escenario donde Meta, X, LinkedIn y Google enfrentaron investigaciones y bloqueos de lanzamientos de IA en Europa por parte de reguladores de privacidad, lo que ha generado demoras en productos que avanzan sin restricciones similares en Estados Unidos. Ese contraste alimenta la percepción de que la protección de datos se ha convertido en un freno para la innovación europea en inteligencia artificial, una visión que incluso fue recogida por Mario Draghi en un informe sobre competitividad presentado el año pasado.
Los planes desataron una nueva oleada de fricción política. Jan Philipp Albrecht, uno de los arquitectos del RGPD, cuestionó públicamente si estos cambios representan “el fin de la protección de datos” en la Unión Europea. Max Schrems, fundador de la organización Noyb y figura clave en batallas judiciales contra prácticas de transferencia de datos, acusó a la Comisión de operar con prisas y de saltarse los estándares de buena legislación, calificando el borrador como un “disparo rápido en un área altamente compleja”, según citó Politico.
El camino de la reforma no está asegurado. Países como Estonia, Francia, Austria y Eslovenia se oponen a reabrir el RGPD, mientras Alemania presiona para flexibilizarlo con el objetivo de impulsar la inteligencia artificial. En el Parlamento Europeo, la división es evidente, la eurodiputada Markéta Gregorová advirtió que los derechos fundamentales deben pesar más que los beneficios económicos, mientras que Aura Salla afirmó que recibiría la propuesta “con gusto” si contribuye a dar certeza legal a la investigación y a la industria europea.
El paquete digital aún puede modificarse antes de su presentación formal el 19 de noviembre. Si avanza, abrirá una batalla legislativa que enfrentará dos visiones: una Europa que prioriza su liderazgo en inteligencia artificial y otra que teme retroceder en el estándar de privacidad que la convirtió en referencia mundial.
