La delgada línea entre post y publicidad: cómo Instagram difumina los anuncios
- Redacción IT NOW
- hace 5 horas
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Un estudio reveló que los usuarios tienen serias dificultades para distinguir entre contenido orgánico y mensajes comerciales, mientras las plataformas perfeccionan sus estrategias para integrar la publicidad en el flujo cotidiano.

En la infinita sucesión de imágenes de viajes, rutinas de belleza o historias personales que conforman el feed de Instagram, siempre se esconde al menos un anuncio. No aparece como un banner ni interrumpe bruscamente la experiencia: se mimetiza con la estética y el tono del resto de los posteos. Esa integración es el núcleo de una estrategia publicitaria cada vez más sofisticada, diseñada para atraer la mirada, generar clics y acercar al usuario a una marca sin que perciba el salto entre ocio y consumo.
Un reciente estudio dirigido por la investigadora Maike Hübner, de la Universidad de Twente, confirma lo que muchos intuían: los usuarios no detectan con claridad qué parte de lo que ven es publicidad. En un experimento con 152 participantes, expuestos a feeds simulados con 29 publicaciones (ocho de ellas anuncios), la mayoría se mostró sorprendida al descubrir cuántos mensajes comerciales habían pasado inadvertidos. La explicación no radica en una menor capacidad de atención, sino en que las plataformas han perfeccionado el camuflaje, logrando que el límite entre post y anuncio se vuelva prácticamente invisible.
El fenómeno es una evolución de la llamada “ceguera al banner”: si antes los usuarios ignoraban los clásicos espacios publicitarios, ahora interactúan sin freno con contenidos promocionales que parecen orgánicos. El atractivo visual, la narrativa cuidada y el respaldo de influencers o celebridades generan lo que especialistas como Jean Éric Pelet describen como un “estado de flujo”, en el que el usuario se mantiene cautivado incluso sabiendo que se trata de un anuncio. Este tipo de “publicidad encubierta” no solo incrementa la interacción, sino que condiciona percepciones y hábitos de consumo de manera sutil y persistente, según publicó El País.
La investigación también plantea un desafío regulatorio. Aunque marcos legales como la Ley de Servicios Digitales en la Unión Europea exigen transparencia y etiquetado de anuncios, en la práctica los usuarios no registran esos avisos. Los investigadores sostienen que la solución no se limita a colocar etiquetas visibles, sino a repensar el diseño de las plataformas y reforzar la alfabetización mediática, sobre todo entre adolescentes y usuarios jóvenes. En un entorno donde la frontera entre entretenimiento y marketing se diluye cada vez más, la pregunta no es si la publicidad debe existir, sino si los consumidores tienen las herramientas necesarias para identificarla y decidir de manera consciente.