Panamá y el mundo enfrenta el desafío de preservar el pensamiento crítico ante el auge de la IA
- Manuel Robles Quintero
- hace 10 minutos
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Un estudio del MIT advierte que el uso intensivo de herramientas como ChatGPT puede afectar la creatividad y la actividad cerebral, una alerta que también interpela a los sistemas educativos y laborales en Panamá.

La expansión de la inteligencia artificial en entornos educativos y profesionales comienza a generar debate en Panamá, donde universidades y empresas adoptan herramientas como ChatGPT para optimizar tareas y acelerar la producción de contenidos. Sin embargo, un reciente estudio del Massachusetts Institute of Technology (MIT) advierte que este avance podría tener consecuencias cognitivas preocupantes si no se regula su uso.
De acuerdo con la investigación dirigida por la neurocientífica Natalie Kosmyna del MIT Media Lab, el uso constante de IA generativa puede reducir hasta en un 50 % la conectividad neuronal entre regiones del cerebro vinculadas al pensamiento crítico y la creatividad. Los hallazgos surgen de experimentos con 54 participantes, donde quienes utilizaron IA mostraron menor actividad cerebral y resultados más homogéneos al escribir.

En el contexto panameño, docentes y especialistas en innovación educativa reconocen que la IA ya forma parte de la vida académica, pero plantean la necesidad de equilibrar su uso con estrategias que fortalezcan el pensamiento analítico. “La automatización no puede sustituir la reflexión humana”, señaló un profesor de la Universidad Tecnológica de Panamá, al destacar que los estudiantes tienden a depender excesivamente de la IA para tareas escritas.
El estudio también advierte sobre lo que los investigadores llaman una “deuda cognitiva”: una pérdida progresiva de autonomía intelectual derivada de delegar tareas complejas a sistemas automáticos. Esta advertencia cobra especial relevancia para sectores profesionales en Panamá donde la escritura, la argumentación y la toma de decisiones son competencias esenciales.

Aunque el MIT no sugiere abandonar la IA, sí plantea un uso responsable. Entre las recomendaciones figuran alternar actividades con y sin asistencia tecnológica, reescribir contenidos con palabras propias y fomentar ejercicios de debate y defensa de ideas.
Para Panamá, el desafío será integrar estos principios en sus políticas de educación y trabajo digital. Entidades como la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y el Ministerio de Educación podrían jugar un rol clave en impulsar una “alfabetización en IA” que forme usuarios críticos y conscientes.
En definitiva, la revolución tecnológica no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad para reforzar la autonomía intelectual. Como resume el estudio del MIT, proteger la mente del automatismo no es retroceder, es preservar nuestra libertad interior en una era dominada por los algoritmos.
