¿República Dominicana y Puerto Rico pueden ser daños colaterales de la guerra comercial?
- Carlos Guisarre
- 16 abr
- 2 Min. de lectura
El impacto de los aranceles de EE.UU. a dispositivos electrónicos chinos es imprevisible para los mercados locales.

La reciente imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a productos electrónicos importados desde China ha generado inquietud en los mercados tecnológicos de Puerto Rico y República Dominicana. Aunque algunas exenciones han sido anunciadas, las repercusiones de estas políticas comerciales podrían ser significativas para ambos territorios.
El 2 de abril de 2025, la administración del presidente Donald Trump implementó un arancel del 145% a productos tecnológicos provenientes de China, como parte de una estrategia para reducir la dependencia de importaciones y fomentar la producción nacional. Sin embargo, el 12 de abril, se anunciaron exenciones para ciertos dispositivos clave, incluyendo teléfonos inteligentes, ordenadores y microprocesadores, excluyéndolos de estos gravámenes.
Puerto Rico, como territorio estadounidense, se ve directamente afectado por las políticas comerciales de EE.UU. La isla depende en gran medida de la importación de productos electrónicos, y la imposición de aranceles podría resultar en aumentos de precios para los consumidores. Además, el impuesto al inventario vigente en Puerto Rico limita la capacidad de almacenamiento de los comerciantes, lo que podría acelerar el traslado de costos adicionales al consumidor final.
Aunque República Dominicana no está sujeta directamente a las políticas arancelarias de EE.UU., su proximidad geográfica y la interconexión comercial con Puerto Rico podrían generar efectos colaterales. La posible escasez de ciertos dispositivos en Puerto Rico podría llevar a un aumento en la demanda en República Dominicana, afectando los precios y la disponibilidad de productos tecnológicos en el país.
Empresas como Apple han tomado medidas para mitigar el impacto de los aranceles, como el envío anticipado de productos desde China e India a EE.UU. antes de la entrada en vigor de los gravámenes. Estas acciones buscan evitar interrupciones en la cadena de suministro y mantener la estabilidad en los precios para los consumidores.
La situación actual refleja la complejidad de las relaciones comerciales internacionales y su impacto en los mercados locales. Tanto Puerto Rico como República Dominicana deberán monitorear de cerca las políticas comerciales de EE.UU. y adaptarse a los cambios para minimizar las repercusiones en sus economías.
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