Se desplomó un 26% en 2024. El impacto de un portafolio envejecido y la polémica de Musk en la percepción del público.

Tesla, la empresa que revolucionó la industria de los vehículos eléctricos, enfrenta un momento crítico. Su valor de marca se desplomó un 26% en 2024, acumulando dos años consecutivos de caída, según un informe de la consultora Brand Finance. La compañía, que alguna vez lideró el sector con un aura de innovación y prestigio, ahora ve cómo su imagen se erosiona ante una combinación de factores: un portafolio de productos envejecido, la creciente competencia y la controvertida figura de su CEO, Elon Musk.
Según Brand Finance, el valor de marca de Tesla pasó de 66,200 millones de dólares en 2023 a 43.000 millones en 2024, perdiendo 15.000 millones en un año. En contraste, competidores como Toyota y Mercedes-Benz consolidaron su posición con 64,700 millones y 53,000 millones, respectivamente.
La percepción de la marca ha caído significativamente en mercados clave como Estados Unidos, Europa y Asia, donde Tesla registró descensos en índices como "consideración de compra", "reputación" y "recomendación". Especialmente preocupante es el caso europeo, donde la consideración de compra cayó del 21% al 16% en un año, mientras que competidores como Mercedes y BYD se fortalecieron en estos indicadores, de acuerdo a información de CNBC.
A pesar de que la lealtad de los clientes en EE. UU. sigue siendo alta (90%), el puntaje de recomendación de Tesla cayó drásticamente de 8.2 sobre 10 a solo 4.3, lo que indica que los mismos usuarios ya no la ven con el mismo entusiasmo de antes.
Elon Musk siempre ha sido una pieza central en la identidad de Tesla. Sin embargo, su creciente incursión en la política global, sus declaraciones polémicas y sus alianzas con figuras controvertidas han comenzado a afectar la percepción de la empresa. Según David Haigh, CEO de Brand Finance, "Tesla es única en la estrecha relación entre su marca y su líder. Su comportamiento impacta directamente en su reputación".
Musk ha sido criticado por su cercanía con líderes de extrema derecha y sus comentarios incendiarios en redes sociales. Durante la última campaña presidencial en EE. UU., donó 277 millones de dólares para impulsar a Donald Trump y otros candidatos republicanos, buscando influir en la política económica y regulatoria a favor de sus negocios. Su reciente respaldo al partido ultraderechista alemán AfD y su presión para liberar a activistas anti-inmigración también han generado reacciones negativas.
Más allá de la polémica, Tesla enfrenta problemas estructurales que amenazan su dominio en el mercado. En 2024, las entregas de vehículos cayeron un 1%, a 1.79 millones de unidades, en un contexto donde la demanda global de autos eléctricos sigue en aumento. En EE. UU., su participación en el mercado de EVs cayó del 55% al 49%, reflejando el avance de sus competidores.
El problema principal radica en su falta de renovación de modelos. Mientras otras marcas lanzan nuevos vehículos eléctricos con tecnología avanzada y precios competitivos, Tesla sigue dependiendo de un catálogo sin actualizaciones significativas en años. Esto ha hecho que su índice de fortaleza de marca caiga de 80 a 65 puntos, reflejando un menor atractivo para los consumidores.
La marca que alguna vez fue sinónimo de innovación ahora se enfrenta a una encrucijada. Según Haigh, "si Tesla no lanza una nueva gama de productos que emocione a los consumidores y no mitiga la controversia en torno a su líder, será vista como una empresa que ha pasado su punto máximo y comenzará a declinar".
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