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Redacción IT NOW

Alexa: un éxito en hogares, un desastre en finanzas

La ambiciosa apuesta de Amazon por los dispositivos Echo y su asistente de voz Alexa ha resultado en pérdidas multimillonarias, obligando a la compañía a reconsiderar su estrategia.

Desde su lanzamiento en 2014, los dispositivos Echo de Amazon, equipados con el asistente de voz Alexa, se han convertido en una presencia común en millones de hogares alrededor del mundo. Sin embargo, esta historia de éxito en términos de adopción no se ha traducido en ganancias financieras, con pérdidas que ascienden a decenas de miles de millones de dólares, según un informe del Wall Street Journal.


Jeff Bezos, el fundador de Amazon, imaginó un mundo en el que los dispositivos Echo y Alexa se convertirían en la puerta de entrada para compras y servicios dentro del ecosistema de Amazon. Pero según la investigación, esta estrategia parecida al modelo de negocio de Gillette de vender navajas baratas para luego ganar con las cuchillas de repuesto, no ha funcionado como se esperaba. En lugar de generar ingresos significativos a través de compras de voz, los usuarios han utilizado mayormente los dispositivos para tareas simples como configurar alarmas y consultar el clima.


El resultado ha sido una acumulación de pérdidas que superan los 25.000 millones de dólares entre 2017 y 2021, según documentos internos. La falta de un modelo de negocio claro y rentable para los dispositivos ha llevado a Andy Jassy, quien asumió como CEO en 2021, a implementar un plan de acción agresivo. Entre las medidas más destacadas se encuentra el lanzamiento de una versión de pago de Alexa, programada para este mismo mes.



Uno de los factores que contribuyó a las enormes pérdidas fue la métrica interna de Amazon conocida como "impacto aguas abajo" (DSI, por sus siglas en inglés). Esta métrica asigna un valor financiero a un producto o servicio basado en cómo los clientes gastan dentro del ecosistema de Amazon después de adquirirlo. Aunque en algunos casos, como con los Kindle, esta métrica funcionó, en el caso de los dispositivos Echo y Alexa, los ingresos previstos no se materializaron.


Los equipos de productos a menudo inflaban los beneficios proyectados del DSI para justificar sus costos, lo que permitió que las pérdidas se acumularan sin una respuesta inmediata. Sin embargo, Jassy ha dejado claro que no se puede seguir utilizando el DSI como una muleta, y está presionando a los equipos para que desarrollen fuentes de ingresos claras y sostenibles.


Como parte de su esfuerzo por hacer rentable a Alexa, Amazon está trabajando en una versión mejorada del asistente de voz, conocida internamente como "Alexa Remarkable". Esta nueva versión incluirá una integración más profunda de inteligencia artificial generativa y ofrecerá una experiencia más fluida para controlar dispositivos inteligentes del hogar.


La tarea de Jassy no es sencilla. Aunque los dispositivos Echo y Alexa son populares, convertir esa popularidad en ganancias sigue siendo un desafío. Con la reestructuración del equipo de dispositivos y el lanzamiento de nuevas estrategias de monetización, Amazon espera finalmente encontrar una manera de hacer que su ambicioso proyecto de asistentes de voz sea financieramente viable.


La historia de Alexa y los dispositivos Echo es un recordatorio de que en el mundo de la tecnología, el éxito en la adopción de productos no siempre se traduce en éxito financiero. Para Amazon, el próximo capítulo será crucial para determinar si pueden convertir su vasto alcance tecnológico en una máquina de ingresos sostenible.


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