Anthropic se mueve rápido: ingeniería, escalabilidad y asesoría legal para un eventual IPO
- Malka Mekler
- hace 2 horas
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La compañía detrás de Claude fortalece su estructura interna, afina procesos de ingeniería y recurre a asesoría legal especializada mientras compite con OpenAI para convertirse en la primera gran empresa de IA en llegar al mercado público.

La carrera por llevar la inteligencia artificial al mercado público tomó un nuevo giro con los movimientos internos de Anthropic, que busca profesionalizar su estructura tecnológica y operativa ante un eventual debut bursátil que abriría una nueva etapa para los laboratorios de IA. La compañía ha recurrido recientemente a asesoría legal especializada para avanzar en ese proceso, en un momento en que la competencia con OpenAI también incluye quién logrará dar primero el salto al mercado público.
En el centro del plan está la evolución del ecosistema tecnológico que sostiene a Claude, el modelo de IA que ha sido clave en el posicionamiento de Anthropic como uno de los laboratorios más avanzados en modelos fundacionales. La firma se apoya en la capacidad de escalar su infraestructura de entrenamiento, optimizar costos computacionales y sostener ciclos de mejora continua de sus modelos. Ese entorno, intensivo en hardware, energía y procesamiento distribuido, representa uno de los principales desafíos para cualquier compañía de IA que aspire a operar bajo estándares propios de una empresa pública.
La selección del despacho Wilson Sonsini, históricamente vinculado a grandes salidas a bolsa del sector tecnológico, llega en un momento donde la empresa continúa ajustando componentes críticos, desde gobernanza técnica hasta prácticas de auditoría interna que permitan dar mayor visibilidad sobre sus procesos de I+D. La compañía también ha fortalecido su estructura ejecutiva con perfiles capaces de traducir la complejidad técnica de su pipeline de modelos y sus necesidades de infraestructura en métricas que puedan ser comprendidas por mercados públicos.
Una vocera de Anthropic señaló que “es una práctica habitual que compañías de nuestro tamaño y nivel de ingresos operen como si ya fueran públicas”, y añadió que aún no existen decisiones sobre si la empresa saldrá o no a bolsa. Pese a ello, el ritmo de inversión en nuevas arquitecturas de entrenamiento, la presión por reducir costos de inferencia y la necesidad de asegurar acceso continuo a GPUs avanzadas explican por qué la discusión sobre un IPO tiene un trasfondo eminentemente tecnológico.
OpenAI también estaría evaluando preparativos preliminares para una salida a bolsa, de acuerdo con la misma información, aunque sin una proyección clara de tiempos. Tanto OpenAI como Anthropic enfrentan el mismo dilema: su crecimiento depende de modelos cada vez más complejos y costosos, lo que dificulta generar previsiones financieras estables en un sector donde los ciclos de innovación se miden en meses y no en años.
Mientras OpenAI ostenta una valoración superior, Anthropic ha cerrado compromisos multimillonarios de socios tecnológicos que refuerzan su capacidad de entrenamiento a gran escala. El sentido de urgencia por profesionalizar sus procesos responde a una realidad técnica, los laboratorios de IA que lideran la carrera necesitan una estructura de operaciones y control acorde al tamaño de sus redes neuronales, su ritmo de despliegue y la magnitud de sus requerimientos computacionales.
Con ambos gigantes ajustando sus arquitecturas internas para un posible debut público, el mercado tecnológico observa cómo la siguiente gran competencia entre los modelos más avanzados no solo ocurre en laboratorios, sino también en los preparativos que definirán quién está mejor posicionada para sostener su liderazgo en un entorno donde la innovación depende de inversiones técnicas colosales y transparencia operativa.
