La disciplina científica se basa en la automatización y digitalización y es una industria capaz de ayudar en diversas áreas, sobre todo en la salud.
Reducir las listas de espera de trasplantes de órganos y generar nuevos avances en la investigación de pacientes con diabetes tipo uno, es uno de los tantos anhelos y necesidades que actualmente demanda la medicina y el mundo. En la actualidad, mediante la automatización de la producción de islotes pancreáticos, los cuales son fundamentales para la producción de insulina, es posible enfrentar este problema. Además, instituciones como el Instituto de Manufactura Regenerativa Avanzada (ARMI) trabaja en la fabricación artificial en masa de células, tejidos y órganos humanos a gran escala.
Con el trabajo que lleva a cabo ARMI, la manufactura de producción masiva está a pocos meses de convertirse en la nueva industria más importante del mundo. Ante esto, la autorización de la FDA (Food and Drug Administration) es crucial, y hasta la fecha, ARMI ha logrado obtener la aprobación para un injerto óseo regenerativo, utilizado en tratamientos maxilofaciales. Este éxito representa un logro médico y el establecimiento de una "vía" para las siguientes aprobaciones.
Basándose en este resultado, ARMI trabaja en la construcción de su primera fábrica automatizada con alrededor de ocho líneas de producción en un área de 7.500 metros cuadrados, cerrando la brecha entre la ciencia experimental y la fabricación masiva artificial de tejidos humanos. Al mismo tiempo, el Instituto ya prepara órdenes de producción solicitadas por clientes del sector salud, quienes están a la espera de las autorizaciones de la FDA.
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Desde 2018, se dio un impulso significativo para este proyecto cuando el Departamento de Defensa de Estados Unidos le otorgó una subvención de US$80 millones. Paralelamente, Dean Kamen, director ejecutivo y fundador de ARMI, encontró en Rockwell Automation, un gran aliado para este proyecto.
“Hemos creado cientos de órganos, incluyendo ligamentos y segmentos óseos, así como cientos de células o tejidos viables, trabajando en aproximadamente una docena de diferentes tipos de órganos, como riñones y corazones”, explicó Kamen.
De acuerdo con el CEO de ARMI, la manufactura permitirá ver una gran cantidad de órganos que pasarán por el proceso de aprobación, y luego al uso clínico. Además, mediante la automatización y el trabajo en conjunto con Rockwell Automation, se construyen puentes hacia un futuro donde los tejidos y órganos humanos creados de manera artificial a partir de células son una realidad accesible.
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