El housing es una forma de tercerizar el minado. Hay empresas que alojan equipos, pero ocuparse de todo lo que conlleva minar cuesta alrededor del 30% de los ingreso.
Además, así no se evita el desgaste y acortamiento de la vida útil de los equipos, y se incrementa la posibilidad de accidentes al encontrarse tantos ASICs minando a través de refrigeración con aire juntos.
“Minar en casa es una opción poco viable principalmente por el fuerte ruido y la alta temperatura generada por los ASICs que no los hacían aptos para muchas viviendas.
Son equipos poco intuitivos, por lo que tornaba preferible el housing y así desprenderse de las molestias, mantenimiento y configuración”, comenta Facundo Casal, CEO de South American Miners (SAM) que, atendiendo estos inconvenientes, desarrolló un dispositivo de minado llamado Sammy que implementa la refrigeración por inmersión líquida, lo que hace que el equipo no genere ruidos, ni altas temperaturas, además de tener un tamaño similar al de un pequeño electrodoméstico.
Si se toma como ejemplo una potencia de 312 TeraHashes/s de tres equipos S19 Pro, uno de los más vistos del mercado, en un mes se obtendría un ingreso de 0.04318287 satoshis de Bitcoin, que multiplicado por el precio de una unidad de Bitcoin, por ejemplo de 22.000 dólares, brindaría una ganancia de 950 dólares.
En el caso del housing, de esa ganancia, se le entregaría a la empresa de alojamiento un 30% del bruto producido, lo que serían unos USD 285, dejando USD 665, de los cuales no descontamos luz, impuestos, seguro y limpiezas.
En el caso de minar en una locación propia se debe alojar a los mineros y proveerles electricidad, de la misma manera que el housing. Pero la producción rendiría un poco más. Se obtendría 0.05786 satoshis de Bitcoin en un mes, unos 1.250 dólares. Hay que tener en cuenta que sobre esta ganancia se deben descontar los precios de la electricidad. Pero a diferencia de los housing, que pagan luz con tarifas comerciales, en un hogar la tarifa es menor ya que es residencial.