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¿Cómo beneficia el Big Data al béisbol?

María Calero

El 2 de noviembre de 2017, los Astros de Houston se impusieron a los Dodgers de Los Ángeles en el séptimo partido de la Serie Mundial de Béisbol, alzándose con el título por primera vez en su historia. Muchos comentaristas y aficionados se echaron las manos a la cabeza porque el elemento más importante de los Astros no fue ninguno de sus jugadores, ni siquiera los directivos, fue el Big Data.

En otras palabras, los Atros se coronaron campeones gracias a un ordenador, varios algoritmos y millones de datos. Para Juan Jose Dougherty Urrutia, experto en Big Data y Multinacionales Telefónica CAM, los datos son una herramienta que puede predecir qué tipo de lanzamiento está tirando el pitcher y dónde lo coloca en la zona de strike.

“Podemos saber hacia donde batea una persona, cuáles son los resultados, si fue strike o bola y los mapas de calor y por supuesto los grandes bateadores se ajustan a esto porque esta información es pública. Al empezar la temporada del 2017, los 30 equipos de MLB tenían un departamento de analítica, siendo el equipo de los Angels el último en implementarlo“, comentó Dougherty durante el Tic Fórum de Móvistar en Nicaragua.

Esto quiere decir que el Big Data no solo examina datos numéricos, sino otra información menos comprensible a simple vista, como los porcentajes de acierto particulares, dependiendo del momento del partido, el estadio e incluso el día de la semana.

Aspectos familiares, físicos e intelectuales completan la lista de cifras y porcentajes. Este es un modelo que se extiende en las grandes ligas, con franquicias como los Cubs o los Indians que ya están siguiendo el camino marcado por los Astros. 

Asimismo, Dougherty afirmó que los Astros de Houston, con esta tecnología, sabían cómo iba a comportarse un pelotero de 17 años cuando tuviera 30 años, y con base en los diferentes datos que se recolectaron, fue como reclutaron a los jugadores para la serie. 

La revolución de los datos poco a poco se ha instalado en el deporte. Gana el que tome las mejores decisiones en los momentos clave y el que conozca cómo sacarles provecho. En el béisbol dejar todo en manos de la intuición en estos tiempos ya es un gran error.

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