La ilusión del pensamiento: cuál es el límite oculto de los modelos de lenguaje
- Malka Mekler
- 11 jun
- 2 Min. de lectura
Investigadores identifican que, a mayor complejidad, los modelos de IA no solo pierden precisión, sino que colapsan en su capacidad de razonar.

Un nuevo estudio publicado por Apple, citado por Psychology Today, plantea dudas fundamentales sobre la capacidad de los modelos de lenguaje de última generación para enfrentar tareas complejas. La investigación analiza una clase emergente de sistemas conocidos como Large Reasoning Models (LRMs), diseñados para realizar razonamientos paso a paso a través de técnicas como "chain-of-thought prompting".
Estos modelos son entrenados para generar respuestas estructuradas que simulan procesos de pensamiento lógico. Sin embargo, según el reporte titulado The Illusion of Thinking, su rendimiento se deteriora significativamente cuando se incrementa la dificultad de las tareas. Los investigadores identifican tres niveles de desempeño: en tareas de baja complejidad, los modelos tradicionales superan a los LRMs; en tareas de complejidad media, los LRMs muestran ventaja; pero en tareas de alta complejidad, ambos modelos colapsan en su rendimiento.
Uno de los hallazgos más relevantes es que los modelos continúan generando respuestas aparentemente coherentes incluso cuando fallan. Estas respuestas carecen de un método algorítmico consistente y, en lugar de basarse en razonamiento real, replican patrones de lenguaje que simulan lógica.
John Nosta, teórico de la innovación y fundador de NostaLab, señala que este fenómeno expone una diferencia crítica entre fluidez y pensamiento. La capacidad de producir respuestas bien estructuradas puede generar una falsa percepción de competencia, lo que representa un riesgo en aplicaciones donde la precisión es fundamental.
El estudio también sugiere que el proceso de evaluación de estos sistemas debe ir más allá de los resultados. No basta con medir la exactitud de las respuestas finales; es necesario entender cómo se generan y en qué medida el modelo puede sostener una lógica interna frente a problemas cada vez más complejos.
Este hallazgo plantea retos importantes para el desarrollo futuro de modelos de lenguaje. La investigación sugiere que la inteligencia artificial no escala de forma lineal con la complejidad, y que simular el pensamiento humano no equivale a replicarlo. Para los desarrolladores y responsables de su implementación, el reto ahora es garantizar que el crecimiento en capacidad técnica esté acompañado por una comprensión más profunda de sus límites estructurales.




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