La venta de Nvidia por parte de SoftBank reabre dudas sobre la "burbuja" de la IA
- Malka Mekler
- hace 2 horas
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La firma japonesa liquidó acciones por US$5.800 millones para financiar proyectos de infraestructura e IA avanzada, incluido Stargate y un mayor respaldo a OpenAI.

La venta de la participación de SoftBank en Nvidia por US$5.800 millones encendió alertas en los mercados tecnológicos, donde varios analistas interpretan la operación como una señal de que el auge de la inteligencia artificial podría estar enfrentando su primer punto de inflexión. Según Reuters, la compañía japonesa confirmó en sus resultados trimestrales que se desprendió de la totalidad de las 32,1 millones de acciones que mantenía, una decisión que impactó de inmediato en el valor del fabricante de chips y reavivó dudas sobre si las valoraciones del sector están superando los fundamentos reales.
El movimiento no es menor, Nvidia, que recientemente se convirtió en la primera compañía en alcanzar los US$5 billones en capitalización bursátil, cayó más de 2% en el arranque de la jornada, arrastrando al índice S&P 500. A esto se sumó una previsión de menores ingresos por parte de CoreWeave, proveedor de nube especializada en IA, que también presionó al mercado. Las señales de enfriamiento llegan en paralelo a advertencias de ejecutivos de Morgan Stanley y Goldman Sachs sobre posibles correcciones, mientras que el reconocido inversor Michael Burry, famoso por anticipar la crisis inmobiliaria de 2008, apostó en contra de Nvidia y Palantir.
SoftBank aseguró que los recursos obtenidos financiarán la ofensiva tecnológica del CEO Masayoshi Son, que ha apostado todo al desarrollo de IA basada en modelos avanzados, incluido el soporte a OpenAI. Entre los proyectos está Stargate, una iniciativa para ampliar la capacidad de centros de datos en Estados Unidos y que podría elevar su inversión total a US$500.000 millones, además de un aporte de hasta US$40.000 millones a OpenAI.
El momento elegido para vender despertó interpretaciones distintas. Para algunos analistas, es una señal de que incluso uno de los inversionistas más agresivos del sector percibe que la ola de crecimiento podría estar perdiendo velocidad. C.J. Muse, director gerente sénior de Cantor Fitzgerald, afirmó que “no se puede decir que Masayoshi Son haya tenido un gran historial con las operaciones de acciones de Nvidia”, y sostiene que la venta responde más a una reorientación de capital para nuevos movimientos.
Pese a ello, otros expertos señalan que la historia de SoftBank con Nvidia ha sido irregular. La firma vendió sus primeras acciones en 2019 antes de que el boom de la IA disparara el valor de la tecnológica en más de 1.200%, para luego recomprarlas en plena euforia del mercado. Ahora, la salida total vuelve a exponer el dilema entre aprovechar precios altos o quedarse fuera de otra ola alcista.
Una parte clave de la estrategia de Son es ampliar su influencia en el ecosistema de grandes modelos de IA, donde el acceso a capital y chips de alto rendimiento define la velocidad de innovación. Para el asesor Michael Ashley Schulman, de Running Point Capital Advisors, “al hacer efectivo ahora, asegura el capital necesario para redoblar apuestas en las aplicaciones de IA y en la infraestructura a gran escala detrás de ellas”.
Sin embargo, esta concentración de recursos incrementa el vínculo con OpenAI, cuyo crecimiento explosivo ha impulsado la valoración de SoftBank en bolsa. La compañía japonesa duplicó su beneficio neto trimestral, beneficiada por el alza en la valoración de la startup, y sus acciones han subido más del doble en lo que va del año. Reuters informó que OpenAI sopesa una salida a bolsa por hasta un billón de dólares en 2026, una cifra que podría generar ganancias multimillonarias para socios como Microsoft y SoftBank.
Pero la expansión agresiva también genera interrogantes. OpenAI no ha detallado cómo financiará acuerdos de infraestructura estimados en US$1,4 billones y, pese a prever ingresos recurrentes de US$20.000 millones al cierre de este año, sigue existiendo incertidumbre sobre la sostenibilidad del modelo. Según Schulman, “el pasado accidentado del Vision Fund añade una sensación de partida de póker de alto riesgo a esta desinversión”.
El mercado reaccionó con volatilidad porque detrás de la venta de acciones de Nvidia no solo está la necesidad de liquidez. El gesto de uno de los principales inversionistas tecnológicos del mundo dejó claro que, pese al entusiasmo por la IA generativa, crece la percepción de que la carrera podría estar entrando en una fase menos eufórica, donde los gigantes tecnológicos deben demostrar que la innovación va de la mano con modelos de negocio sólidos y escalables.
