Impulsado por la pandemia, el arrendamiento está creciendo como opción financiera en el país, en especial en el sector tecnológico.
El leasing, la forma de arrendamiento que permite a las empresas acceder a activos sin tener que comprarlos, es una tendencia en alza en Costa Rica y la pandemia parece haberla impulsado.
"Los negocios se han percatado de la flexibilidad y seguridad financiera que el leasing les ofrece, donde periódicamente pagan un alquiler en lugar de realizar compras que podrían llegar a afectar su capital de trabajo y, por ende, su estabilidad, especialmente ante situaciones críticas repentinas ajenas a su control, como por ejemplo lo fue la emergencia sanitaria vivida a nivel global”, explicó Sergio Sáenz, gerente general de CSI Leasing para Centroamérica y Caribe, compañía que este año celebra dos décadas de operar en Costa Rica.
Producto de la pandemia, empresas dedicadas a ofrecer servicios de leasing han visto con buenos ojos el innovar, ofreciendo arrendamiento de forma personalizada y con estructuras más flexibles. Así lo amplía Sáenz, quien destaca que después de la pandemia, CSI Leasing se ha concentrado en apoyar a sus clientes con modalidades menos rígidas que les permiten utilizar los activos arrendados sin poner en riesgo sus prioridades existentes, dándoles la seguridad de poder continuar sus proyectos hasta que se normalice completamente la situación en el mercado.
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“Hay activos que, por su naturaleza, se vuelven obsoletos muy rápidamente, como por ejemplo en el sector tecnológico, empezando a generar problemas y costos adicionales que juegan en contra siempre, aunque pocas veces se cuantifican. Es en ese tipo de activos que tiene mucho sentido arrendar en lugar de comprar, ya que el cliente se está actualizando permanentemente sin incurrir en riesgos que pongan en peligro sus operaciones en el día a día, usando un servicio muy dinámico que les genera valor”, explicó Sáenz.
Para CSI Leasing, el mercado de Costa Rica es el más desarrollado dentro de la región, donde el país fue pionero. “Durante estos años hemos visto cómo la figura del leasing ha ido madurando cada vez más y ganando terreno frente a otras formas tradicionales de financiamiento. Las empresas han ido cambiando de mentalidad. Antes, muchas veces las compañías sentían temor de delegar la propiedad de sus activos críticos para sus operaciones en una empresa de arrendamiento y esa era la barrera más complicada de cruzar. No obstante, hoy vemos a más empresas utilizar el leasing”, agregó Sáenz.
Una razón para que esta industria se haya posicionado hoy como una alternativa viable en crecimiento, en especial para las firmas medianas y grandes, ha sido la llegada de varios grupos empresariales provenientes de otros países donde el leasing está más desarrollado, como México, Colombia, Estados Unidos y algunos en Europa, que ya habían tenido experiencia con el producto en sus lugares de origen y, por lo tanto, ocupan una opción local viable.
“El leasing continuará creciendo en el país y el mercado se está preparando cada vez más para esto. Dentro de los próximos años veremos un desarrollo continuo del mercado, hasta llegar a niveles como los que se manejan en los países más desarrollados, en donde prácticamente todo tiene una opción de financiamiento vía leasing”, concluyó Sáenz.
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