Desde Bjumper comparten una guía práctica para implantar un Data Center Infrastructure Management.
Por Octavio Vicente Martínez, responsable de Tecnología de Bjumper.
El DCiM debe estar al servicio de la organización y no al revés. Este es un error de concepto muy típico y que es importante dejar claro desde un principio. Estos puntos lo ayudarán a la hora de comenzar el viaje del modelo de gestión basado en DCiM.
Debe ser una herramienta flexible y útil para todos y que aporte valor a todos los usuarios en su operativa diaria.
La colaboración con un socio tecnológico con experiencia es fundamental. Alguien que haga suyo el proyecto afrontando la ejecución como si fuera para él mismo.
La herramienta elegida tiene que ser integral. Gestionar la capa TI, las facilities. Debe tener la capacidad de integrar procesos MAC del día a día, de resolver la gestión de los mantenimientos. Tiene que disponer de una amplia capacidad de integración con los sistemas de la organización, y generar informes adecuados.
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La gestión de las expectativas es vital para el éxito del proyecto y la satisfacción del personal. Se deberá generar un espacio de debate para que todos reciban lo esperado conforme al alcance del proyecto.
Analizar las fuentes de información disponibles. Validarlas para encontrar errores, carencias u otros problemas a considerar. Unificar la información válida es vital para la configuración y sostenibilidad del sistema.
Establecer un órgano de gobierno, con un listado de participantes por parte del cliente y del socio tecnológico, que convoquen reuniones semanales o quincenales para realizar el seguimiento y evaluación del avance del proyecto.
Hacer entregas de valor lo antes posible. Es fundamental para que el personal involucrado siga motivado en el proyecto y se logre el objetivo.
La transferencia del conocimiento por parte del socio tecnológico de forma ordenada y planificada durante la implantación genera tranquilidad y seguridad en el cliente.
El As Built es la evidencia documental y el documento de consulta más claro que el cliente puede recibir como algo tangible que le permite validar el alcance contratado.
El seguimiento tras la entrega del proyecto aporta gran valor al cliente. De esta manera se encuentra más seguro en su operativa diaria, generando confianza a todos los equipos involucrados.