El apagón de Amazon Web Services expone la fragilidad de la infraestructura digital global
- Redacción IT NOW
- hace 8 minutos
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Durante varias horas, gran parte de Internet quedó paralizada tras una caída masiva en Amazon Web Services (AWS), el proveedor de nube más grande del mundo. Bancos, aplicaciones, plataformas de videollamadas y servicios gubernamentales se vieron afectados por un fallo en el sistema DNS, recordando hasta qué punto la economía digital depende de un puñado de gigantes tecnológicos.

Esta madrugada del lunes un nuevo “apagón digital” dejó fuera de servicio una parte significativa de Internet. La falla, originada en Amazon Web Services (AWS), comenzó alrededor de las 3 a.m. en la costa este de Estados Unidos y afectó el funcionamiento de miles de sitios web y aplicaciones en todo el mundo. Aunque Amazon aseguró horas después que el problema había sido “plenamente mitigado”, el daño fue un recordatorio contundente de la concentración del poder tecnológico en pocos actores globales.
Según explicó la compañía, el incidente estuvo relacionado con su sistema de Domain Name System (DNS), el servicio encargado de traducir direcciones web en direcciones IP que permiten a los navegadores y aplicaciones conectarse correctamente. Cuando este mecanismo falla, Internet literalmente “pierde el mapa”, y los sitios dejan de ser accesibles. Entre los servicios afectados estuvieron Coinbase, Fortnite, Perplexity, Signal, Snapchat, Canva, Zoom, diversas aerolíneas y productos propios de Amazon como Ring, su plataforma de videovigilancia. En cuestión de minutos, bancos, servicios públicos y empresas dependientes de AWS quedaron inoperativos.
Down Detector, un sitio web que recopila reportes de interrupciones de servicios en línea enviados por usuarios, informó haber recibido 6,5 millones de reportes globales relacionados con la interrupción, según informó a CNN por correo electrónico un portavoz de Ookla, la empresa matriz del sitio.
De acuerdo a Ookla, se enviaron más de un millón de reportes desde Estados Unidos solo en las dos primeras horas de la interrupción, mientras que desde el Reino Unido se presentaron más de 400.000 reportes en ese mismo período.
A continuación, se muestra un resumen de cómo se desarrolló la interrupción en ciertas regiones, según los datos de Ookla:
Estados Unidos: Más de 1,4 millones de informes
Reino Unido: Más de 800.000 informes
Países Bajos y Australia: Más de 400.000 informes
Francia y Japón: Más de 350.000 informes
Las interrupciones del servicio demuestran la expansión de AWS y su papel crucial en el soporte de la web. Esto ha resultado en un negocio lucrativo para Amazon.
Según CNN, AWS:
Representó el 37 % de la cuota de mercado global de la nube en 2024, según la firma de investigación de mercado Gartner.
Generó US$ 107.600 millones en ingresos en 2024.
Funciona con más de 6 millones de kilómetros de cableado de fibra óptica.
Disponible en 38 regiones geográficas.
Entre sus clientes destacados se incluyen Disney, el Ejército de EE.UU., Capital One, United Airlines y la NFL.
Este episodio revive la discusión sobre la resiliencia y diversificación de la infraestructura digital, especialmente cuando una sola falla puede tener repercusiones sistémicas. No es la primera vez que ocurre: en 2024, un error en una actualización de CrowdStrike provocó un colapso masivo de sistemas, y en 2021 una caída de Akamai dejó fuera de línea a gigantes como FedEx y PlayStation Network.
Cada nueva interrupción amplifica una verdad incómoda: la nube no es infalible. En un mundo cada vez más dependiente de los servicios digitales, la continuidad de la economía, la comunicación y la seguridad ciudadana dependen de la capacidad de unos pocos proveedores para mantener encendida la red global. El episodio de AWS, aunque resuelto en pocas horas, deja una lección clave: la transformación digital necesita tanto innovación como resiliencia, y eso requiere infraestructuras más distribuidas, auditables y seguras.