En el Cloud Summit Costa Rica 2025, la IA redefine el diagnóstico médico
- Malka Mekler
- hace 7 horas
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Andrés Rojas, de AstraZeneca, detalló cómo algoritmos aplicados a oncología y enfermedades crónicas están acelerando diagnósticos y optimizando la ruta del paciente en la región.

En el Cloud Summit Costa Rica 2025, la conversación sobre inteligencia artificial dejó de ser un asunto de futuro para convertirse en un desafío inmediato para los sistemas de salud. Durante su conferencia “Del dato a la IA. Un diagnóstico más preciso”, Andrés Rojas, Director Médico para Centroamérica y Caribe de AstraZeneca, expuso cómo la convergencia entre ciencia e inteligencia artificial está transformando la manera en que se detectan y manejan enfermedades de alto impacto, desde cáncer de mama hasta patologías pulmonares y renales.
Rojas recordó que en dos décadas la ciencia ha cambiado radicalmente, hoy se comprende con más profundidad el comportamiento de tumores, patologías crónicas y enfermedades raras. Sin embargo, este avance científico necesita apoyarse en tecnologías que permitan acelerar diagnósticos y ampliar el acceso a poblaciones vulnerables. “La tecnología y la ciencia tienen que unirse para transformar los sistemas de salud”, afirmó el vocero.
El reto es urgente. Para 2050, la población mayor de 60 años superará los 2.000 millones de personas, y el 73% de las muertes por enfermedades no transmisibles ocurrirá en países con recursos limitados. Frente a este escenario, AstraZeneca ha integrado IA en cerca del 70% de sus proyectos globales de innovación, con un objetivo claro: diagnósticos más rápidos, precisos y accesibles.
Uno de los avances más destacados presentados por Rojas fue un estudio reciente en cáncer de mama que combinó la lectura de patólogos con un sistema de IA para validar la concordancia diagnóstica. El algoritmo alcanzó un 73,8% de exactitud, mejorando la detección de casos clasificados erróneamente como riesgo bajo. Para oncología, donde el tiempo es determinante, estos porcentajes representan la diferencia entre una opción de cura y un tratamiento limitado a prolongar meses de vida.
La región también registra proyectos aplicados directamente en campo. En Costa Rica, una iniciativa de análisis automatizado de radiografías de tórax procesa más de 25.000 estudios de atención primaria para identificar nódulos pulmonares de riesgo. Esto permite derivar solo a los pacientes que realmente necesitan estudios avanzados y optimiza el uso de especialistas, un recurso escaso en muchos países.
El Salvador, por su parte, se ha convertido en un caso de estudio para la integración de IA en todo el flujo de atención. Con el mismo algoritmo para nódulos pulmonares, el país incorporó herramientas de navegación que acompañan al paciente desde la detección inicial hasta la cita con el especialista y la realización de una biopsia. “El proyecto nos enseñó a definir riesgos y a descongestionar los sistemas de salud”, explicó Rojas. La tecnología permite priorizar casos urgentes y espaciar la atención de pacientes que no presentan señales de alarma.
La IA también está acelerando los estudios clínicos. Según Rojas, procesos que antes tomaban cuatro o cinco años pueden arrojar resultados en un año gracias a la identificación más rápida de candidatos y al procesamiento automatizado de datos médicos. Además, la compañía está aplicando modelos predictivos para enfermedades raras, capaces de revisar expedientes médicos y señalar casos sospechosos que antes podían tardar hasta cinco años en diagnosticarse.
AstraZeneca trabaja ahora en algoritmos para anticipar la progresión de enfermedades renales y detectar estadios tempranos. Este tipo de herramientas se alinea con una de sus metas globales: reducir la mortalidad por cáncer hacia 2030 y fortalecer la detección temprana en toda la región. “Necesitamos trabajar unidos, tecnología, ciencia, gobiernos y sistemas de salud”, recalcó Rojas.
La conclusión del vocero fue clara, la inteligencia artificial no es solo un motor de eficiencia, sino un habilitador de equidad. Desde Panamá hasta Haití, la meta es que cada paciente tenga acceso a diagnósticos oportunos y a terapias que realmente puedan modificar el curso de la enfermedad. En palabras de Rojas, “si logramos diagnosticar antes, podemos curar más y prolongar la vida con mayor calidad”.
