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Herramientas colaborativas: lo que la pandemia nos dejó

53% de las empresas en el mundo las han adoptado. Mejoran los procesos internos y la comunicación entre distintos departamentos.


Hoy, la mayoría de los equipos de trabajo no están situados en un solo lugar, sino distribuidos geográficamente, lo que supone un desafío para las organizaciones. Un promedio de 53% de las empresas en todo el mundo han adoptado herramientas de colaboración desde 2016, y en 2020 sigue en aumento.


Un software de colaboración colabora en cumplir los objetivos corporativos, alcanzar los plazos definidos y disminuir el tiempo invertido en cada tarea al simplificar todo el proceso.


Este tipo de herramientas se usa en varias pequeñas y medianas empresas, debido a que achica la brecha de comunicación entre los colaboradores, e inclusive ofrece sincronización entre los departamentos que conforman la compañía.


La pandemia impulsó la transformación digital de las empresas y las plataformas colaborativas son parte de esa digitalización organizacional. En la actualidad, existe un abanico de plataformas. Por ejemplo, en Dell Technologies suelen utilizar Zoom, Office 365 y G Suit.



“Nos permite ser mucho más colaborativos. Antes, todas la reuniones o trabajos tenían que ser face to face y hoy, a través de las plataformas colaborativas. Hay muchas cosas que se pueden hacer y que reemplazan la forma tradicional del trabajo, e incluso podemos ver la oficina como un complemento a esta tendencia de plataformas colaborativas”, señaló Ariel Ojman, gerente regional de Marketing para Dell.


Según el ejecutivo, las herramientas colaborativas pudieron mejorar los procesos internos de la organización. Indicó que, cuando se dirigía un equipo de trabajo multicultural o distribuido en varias regiones, tenía que ir a cinco o seis países para verlos cara a cara, y los gastos eran muy altos.


“Se eliminan las diferencias horarias. Podemos empezar a trabajar con el horario del sur y terminar con el del norte. Y no es que se trabaje 12 horas diarias: es arrancar en la mañana, terminar por la tarde y, durante este tiempo, el conocimiento no para. Entonces podemos empezar un proyecto en la mañana y va a estar siendo elaborado durante mucho más tiempo que un horario tradicional de oficina. Eso hace que...


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