IA en la ciberseguridad: la herramienta de doble filo que redefine la lucha digital
- Luis Arevalo

- 5 ago
- 2 Min. de lectura
Si bien la inteligencia artificial optimiza la detección de amenazas, también ha democratizado el cibercrimen, haciendo que la estrategia y la conciencia humana sean más cruciales que nunca para la protección de los activos digitales.

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en el panorama tecnológico como una fuerza transformadora, y el campo de la ciberseguridad no es la excepción. Esta tendencia global se presenta como una herramienta de doble filo: por un lado, ofrece capacidades sin precedentes para la defensa y, por el otro, arma a los ciberdelincuentes con métodos más sofisticados y accesibles.
El principal valor de la IA en la ciberseguridad radica en su capacidad para aumentar la velocidad y la eficiencia en la detección de amenazas, así como para identificar patrones de comportamiento malicioso que para un humano serían difíciles o imposibles de ver. Sin embargo, este beneficio es también un plus para los atacantes.
"El poder escribir un correo electrónico malicioso en segundos, el poder programar una aplicación maliciosa sin saber de programación también es una ventaja para los ciberatacantes. Es constantemente una carrera", explica Martina López, especialista en seguridad de la información en ESET Latinoamérica.
El factor humano: El objetivo principal
Lejos de la creencia popular de que los ataques se basan en complejas vulnerabilidades técnicas, la realidad es que el eslabón más débil sigue siendo el factor humano. Para los adversarios, es más rentable y sencillo engañar a una persona. La IA ha potenciado exponencialmente las técnicas de ingeniería social, como el phishing.
Los ciberdelincuentes utilizan la IA para redactar correos fraudulentos con una verosimilitud casi perfecta y para crear videos o audios ultrarrealistas (deepfakes), suplantando la identidad de personalidades conocidas para generar confianza. Según López, una de las estrategias más comunes en Latinoamérica es la compra de publicidad en redes sociales para difundir anuncios falsos donde una figura pública, recreada con IA, recomienda inversiones fraudulentas o productos inexistentes.
Con el auge de la IA, los atacantes también la usan como un señuelo.
Crean extensiones maliciosas para herramientas populares como ChatGPT o aplicaciones que prometen ser nuevos modelos de IA generativa, con el único fin de que los usuarios las descarguen e infecten sus sistemas o roben su información.




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