Cloud Cyber Summit Panamá 2025: el panel de cierre expuso los retos más urgentes
- Walter Rivera
- hace 2 horas
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En un país que aspira a jugar en las grandes ligas digitales, la ciberseguridad dejó de ser un tema técnico para convertirse en una conversación estratégica sobre talento, cultura, regulación y resiliencia. Esa fue la tónica del panel de cierre del Cloud Cyber Summit en Panamá, un espacio que reunió a tres voces clave del ecosistema: Ericka Valdés, líder y cofundadora de Women in Security Panamá; Rosabel Henríquez, jefa de Riesgo Integral, Tecnológico, Seguridad de la Información y Fraude en BICSA; y Ricardo Cruz, especialista en ciberseguridad.

El panel final del evento puso sobre la mesa los riesgos más urgentes que enfrentan hoy las empresas y las instituciones públicas del país. Los especialistas coincidieron en que las amenazas de Panamá reflejan el panorama global, pero se ven amplificadas por la escasez de talento especializado, la velocidad con la que evoluciona la tecnología y un marco regulatorio que aún no avanza al mismo ritmo.
Para Ricardo Cruz, uno de los puntos más críticos es la falta de profesionales en ciberseguridad, un desafío evidente en los procesos de reclutamiento donde los perfiles técnicos suelen llegar con brechas importantes. Tanto Cruz como Valdés insistieron en que, aunque el país cuenta con universidades fortaleciendo programas en seguridad digital, la cultura interna de las organizaciones sigue siendo determinante: la ciberseguridad no puede ser un tema exclusivo del departamento de TI; es un compromiso transversal de todos los colaboradores.
Por su parte, Rosabel Henríquez remarcó que el “factor humano sigue siendo el eslabón más débil”. Si un ataque compromete la compañía, recordó, todos pierden, desde el área administrativa hasta la alta dirección. La prevención, la educación continua y el pensamiento crítico siguen siendo la primera barrera contra incidentes que pueden comprometer información, operaciones y empleos.
Talento, vocación y liderazgo femenino en ciberseguridad
La conversación final de la jornada también dejó claro que la ciberseguridad no es solo una carrera técnica: es una vocación. Pese a que la demanda de especialistas aumenta, pocas personas eligen este camino profesional por la exigencia de actualización constante y el ritmo de trabajo.
En este aspecto, Ericka Valdés destacó el avance de la participación femenina en el sector. Hoy, las mujeres ocupan aproximadamente el 45 % de puestos estratégicos en grandes compañías panameñas, y su presencia se ha vuelto un motor para transformar la cultura de ciberseguridad, promover nuevas perspectivas y romper la brecha de género en un rubro históricamente masculino.
Resiliencia y cadena de suministro: el talón de Aquiles
El cierre del evento también subrayó un punto crítico: la cadena de suministro digital. Para Henríquez, los incidentes recientes de proveedores globales demostraron que la resiliencia no se logra solo con buenas políticas internas. Es indispensable probar los planes de continuidad, exigir a terceros los controles adecuados y diversificar servicios para no depender de un único proveedor “todólogo” que, si falla, puede paralizar toda la operación.
Tanto Valdés como Cruz insistieron en que sin pruebas reales (simulaciones, ejercicios y validación de procedimientos) no existe resiliencia verdadera.
Como cierre conceptual, el panel abordó el papel de la inteligencia artificial, hoy presente en todos los procesos de defensa y ataque. Los expertos destacaron que la IA puede ser la mejor herramienta de una empresa o su peor enemigo, dependiendo de cómo se gestione. Los casos expuestos (desde malware generativo hasta deepfakes de voz capaces de imitar a directivos) demostraron que la IA exige nuevas fronteras de control, reglas claras de uso, políticas de protección de datos y configuraciones estrictas para evitar fugas o accesos indebidos.
La conclusión del panel de cierre del Cloud Cyber Summit fue clara: en cinco años, los líderes de ciberseguridad serán tanto tecnólogos como estrategas legales. La combinación de IA, regulación y resiliencia definirá a las empresas que logren adaptarse frente a un panorama de amenazas en constante evolución. Y como subrayó Valdés: la inteligencia artificial no viene a reemplazar a nadie; viene a ser copiloto, siempre que las organizaciones sigan aprendiendo, innovando y evitando quedarse rezagadas.
