El mapa real del gasto en IA de las startups
- Malka Mekler
- 14 oct
- 3 Min. de lectura
Un informe muestra que las nuevas empresas están apostando más por aplicaciones que transforman la productividad y la creatividad que por infraestructura, con casos destacados como OpenAI, Replit, Freepik y ElevenLabs.

La adopción de la inteligencia artificial ya no es solo una tendencia de consumo, sino un eje que está redefiniendo cómo trabajan los equipos en las empresas más jóvenes. Lejos de limitarse a grandes corporaciones con procesos establecidos, son las startups las que están impulsando una nueva generación de software construido de forma nativa con IA. Según un análisis de a16z basado en datos de Mercury, que procesó el gasto de más de 200 mil compañías entre junio y agosto de 2025, el mapa de inversión revela hacia dónde se dirigen realmente los recursos de estas organizaciones.
El informe muestra que el gasto no se concentra en infraestructura como la nube o los chips, sino en la capa de aplicaciones que habilita usos directos en el día a día. Allí se destacan dos categorías principales: aplicaciones horizontales, que representan el 60% del gasto y buscan mejorar la productividad en toda la organización, y aplicaciones verticales, enfocadas en roles específicos. Dentro de las primeras sobresalen los asistentes basados en modelos de lenguaje como OpenAI, Anthropic y Perplexity, además de plataformas de trabajo colaborativo como Notion y Manus. También aparecen herramientas para apoyar reuniones, como Fyxer, Happyscribe y Otter AI.
En el terreno de la creatividad, la IA ha democratizado funciones que antes pertenecían solo a áreas especializadas. Soluciones como Freepik, ElevenLabs, Canva, Midjourney o Descript están siendo utilizadas por empleados de distintas áreas, lo que refuerza la tendencia de que “todos pueden ser creativos” dentro de una compañía. Un fenómeno similar ocurre con el llamado vibe coding, que permite a perfiles no técnicos crear aplicaciones o agentes autónomos. Replit se posiciona como líder en esta categoría, ofreciendo capacidades que van más allá del prototipado y alcanzan la construcción de software de nivel empresarial.
Por su parte, las aplicaciones verticales han comenzado a funcionar como aceleradores de talento humano o incluso sustitutos parciales en áreas críticas. Firmas como Crosby Legal (servicios legales), Cognition (desarrollo de software) y Serval (soporte TI) apuntan a cubrir flujos de trabajo completos sin intervención humana. Aunque hoy predominan los modelos que potencian a los equipos, la expectativa de los analistas es que se multipliquen las soluciones “end-to-end” que operen como verdaderos empleados digitales.
Un hallazgo adicional es el rápido tránsito de muchos productos desde el consumo masivo hacia el entorno empresarial. Herramientas como Midjourney o Cluely nacieron dirigidas a individuos, pero ahora ofrecen versiones con funcionalidades para equipos, impulsadas por la urgencia de las empresas por incorporar IA para ganar eficiencia. Este patrón, que combina crecimiento orgánico desde el usuario final y rápida escalada hacia el mercado corporativo, marca una diferencia respecto a generaciones anteriores de software.
El estudio concluye que el gasto de las startups en IA no solo refleja entusiasmo por la innovación, sino también una transformación profunda en la manera en que las organizaciones conciben el trabajo. Lejos de centralizarse en unas pocas aplicaciones dominantes, la inversión se diversifica entre múltiples categorías y casos de uso, con un común denominador: la IA está dejando de ser una herramienta especializada para convertirse en un recurso transversal que redefine la estructura misma de los equipos.




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