Con solo el 72% de las vacantes en ciberseguridad ocupadas, la dependencia en IA genera tanto oportunidades como amenazas, desafiando la capacidad de respuesta frente a ciberataques sofisticados.
Un estudio reciente de Boston Consulting Group (BCG) y el Foro Global de Ciberseguridad (GCF), titulado “The Global Cybersecurity Workforce Shortage and Skills Gap: A Threat We Cannot Ignore”, expone uno de los problemas más críticos en el ámbito de la ciberseguridad a nivel mundial: la escasez de talento especializado. A pesar de las crecientes inversiones en infraestructura y capacitación, solo el 72% de las vacantes en ciberseguridad están ocupadas, lo que genera una vulnerabilidad en un entorno cada vez más amenazado por ciberataques sofisticados.
Este déficit, que afecta a diversas regiones, con Asia-Pacífico liderando en concentración de expertos y África con menos de 300,000 profesionales, revela el desafío que enfrentan las organizaciones para protegerse de ataques cada vez más complejos.
Además, el estudio subraya cómo la inteligencia artificial generativa (GenAI) está transformando la ciberseguridad. Actualmente, el 70% de las organizaciones emplea IA para fortalecer sus defensas, lo cual plantea tanto oportunidades como riesgos. Aunque la GenAI es una herramienta poderosa para enfrentar algunas limitaciones en la fuerza laboral, también introduce nuevas amenazas: técnicas de ataque automatizadas y sofisticadas, como el phishing avanzado y la explotación de vulnerabilidades, que superan a menudo las defensas tradicionales. No sorprende entonces que el 58% de los líderes en ciberseguridad expresen preocupación por estos desafíos, temiendo que la velocidad y adaptabilidad de las amenazas potenciadas por IA puedan sobrepasar los esfuerzos de defensa actuales.
En Latinoamérica, donde la digitalización sigue avanzando, la situación es aún más compleja. La región se enfrenta a un aumento de ataques de ransomware y otros ciberataques, impulsados en parte por una infraestructura de seguridad insuficiente y una carencia de marcos regulatorios sólidos. Aunque algunos países han implementado políticas de ciberseguridad más robustas, la falta de talento especializado sigue dejando a muchas organizaciones en una posición vulnerable frente a estas amenazas.
Para hacer frente a esta crisis, el informe de BCG y GCF sugiere una serie de estrategias que incluyen ampliar el grupo de talentos en ciberseguridad, fomentar una cultura de aprendizaje continuo y asegurar que los conocimientos en ciberseguridad se integren en los sistemas educativos globales. En un contexto donde la tecnología y las amenazas evolucionan rápidamente, el desarrollo de una fuerza laboral preparada y resiliente se perfila como el único camino viable hacia una ciberseguridad efectiva y sostenida.
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