La era de los agentes de IA: ¿estamos listos para su impacto en el trabajo?

Se estima que la inteligencia artificial podría generar hasta US$4,4 billones en productividad anual. Los agentes de IA permiten desde gestionar correos hasta realizar transacciones financieras.

La inteligencia artificial (IA) sigue avanzando a un ritmo imparable, y los agentes de IA se perfilan como la próxima gran revolución tecnológica. En eventos como el Mobile World Congress en Barcelona o el Foro Económico Mundial en Davos, estos sistemas han acaparado la atención de la industria. De acuerdo con Fortune, empresas como Google, Microsoft y Qualcomm exhibieron sus desarrollos en IA agente, promoviendo soluciones que prometen transformar la productividad empresarial.

Pero, ¿qué son realmente los agentes de IA? No existe una definición universal, pero en general, se trata de sistemas que no solo generan contenido o respuestas, sino que pueden ejecutar tareas complejas utilizando otras herramientas de software. A diferencia de los modelos generativos tradicionales, un agente de IA puede no solo sugerir un itinerario de viaje, sino también realizar las reservas y coordinar todos los detalles, utilizando la razón y la toma de decisiones automatizada.

El entusiasmo en torno a estos agentes está respaldado por cifras significativas. Según Grand View Research, el mercado estadounidense de agentes de IA alcanzará los US$7,6 mil millones este año, con un crecimiento anual del 46%. McKinsey estima que la IA podría desbloquear hasta US$4,4 billones en productividad empresarial anual, gran parte impulsada por estos sistemas.

Sin embargo, la adopción sigue en una etapa temprana. "La discusión sobre los agentes de IA es una mezcla de exageración y progreso técnico real", según Ruchir Puri, científico en jefe de IBM Research. Craig Le Clair, analista de Forrester y autor de "Random Acts of Automation", señala que muchas soluciones actuales son "cuasi agentes" más que verdaderos sistemas autónomos.

Por ahora, los agentes de IA se utilizan principalmente en atención al cliente y soporte técnico interno, sin alcanzar un nivel de sofisticación que permita automatizar completamente tareas como la programación o la depuración de software. No obstante, ejemplos como el piloto de McKinsey muestran su potencial: un agente desarrollado con Microsoft Copilot Studio redujo el tiempo de evaluación de proyectos de 20 días a solo 2.

El impacto en el empleo sigue siendo un tema de debate. Le Clair menciona el caso de una aseguradora en Países Bajos que reemplazó a 15 contratistas en Bulgaria con agentes de IA para gestionar correos electrónicos de reclamos. Sin embargo, estudios del Banco de Pagos Internacionales sugieren que estos sistemas todavía carecen de la capacidad de autocorrección que caracteriza a los humanos.

Mientras tanto, gigantes como OpenAI, Anthropic y Google DeepMind trabajan en modelos con mejores capacidades de razonamiento, lo que podría acelerar la adopción de agentes completamente autónomos. Adam Evans, vicepresidente de Salesforce AI, destaca que sus nuevos agentes, lanzados en marzo, ya incorporan elementos de razón y planificación.

Si bien la mayoría de los empleos parecen seguros en el corto plazo, la evolución de estos sistemas podría redefinir el panorama laboral más pronto de lo que creemos. La pregunta ya no es si los agentes de IA cambiarán la forma en que trabajamos, sino cuán rápido lo harán.

Le puede interesar: Amazon entra en la batalla de los agentes de IA con Nova Act