Polémica en Meta por la creación con IA de avatares de celebridades
- Malka Mekler
- 2 sept
- 3 Min. de lectura
Un empleado de Meta desarrolló directamente bots que imitaban a Selena Gomez y Taylor Swift, entre otros famosos, lo que derivó en interacciones sexuales y cuestionamientos sobre fallos en las políticas de seguridad de la compañía.

Meta enfrenta cuestionamientos por haber permitido la creación de chatbots que imitaban a celebridades como Taylor Swift, Scarlett Johansson, Anne Hathaway y Selena Gomez, los cuales llegaban a interactuar de manera coqueta y en ocasiones con insinuaciones sexuales. Según un reportaje de Reuters, la compañía no solo habilitó que usuarios desarrollaran estos avatares a través de sus herramientas de inteligencia artificial, sino que un empleado de Meta también produjo directamente algunos de ellos, incluidos dos que se presentaban como versiones parodia de la cantante Taylor Swift.
Las pruebas realizadas por Reuters revelaron que estos bots aparecían en plataformas de Meta como Facebook, Instagram y WhatsApp, y que en muchos casos insistían en ser los artistas reales. Algunos incluso generaban imágenes fotorrealistas con alto contenido sexual, pese a que las políticas de la empresa prohíben expresamente ese tipo de material. Andy Stone, portavoz de Meta, reconoció a la agencia que los sistemas de IA “no deberían haber creado imágenes íntimas de adultos famosos ni de menores”, y atribuyó la situación a fallos en la aplicación de las reglas internas.
Uno de los puntos más controvertidos fue la disponibilidad de bots que reproducían a celebridades adolescentes, como el actor Walker Scobell, de 16 años. Preguntado por imágenes del joven en la playa, el chatbot generó una foto sin camisa acompañada de comentarios sugestivos. “Como otros, permitimos la generación de imágenes que incluyan figuras públicas, pero nuestras políticas buscan prohibir contenido desnudo, íntimo o sexualmente sugestivo”, defendió Stone.
La situación se agrava por antecedentes previos. A inicios de año, se reveló que las directrices internas de Meta indicaban que era “aceptable” mantener conversaciones de tipo romántico con menores a través de bots, lo que derivó en una investigación del Senado de Estados Unidos y advertencias de fiscales generales de 44 estados. Stone aseguró que ese material fue un error y que la compañía está revisando sus lineamientos.
Los riesgos no se limitan a la privacidad o la propiedad intelectual. Duncan Crabtree-Ireland, director ejecutivo de SAG-AFTRA, advirtió que estos experimentos tecnológicos pueden alimentar comportamientos obsesivos hacia los artistas, incrementando las amenazas de seguridad. “Si un chatbot usa la imagen y las palabras de una persona, es evidente lo mal que puede terminar”, señaló.
Más allá de la controversia, el caso pone en evidencia los dilemas legales y éticos que acompañan al desarrollo de la inteligencia artificial generativa. Mark Lemley, profesor de la Universidad de Stanford, cuestionó si los avatares creados por Meta podrían estar amparados bajo las excepciones a las leyes de derecho de imagen en California, ya que no constituyen obras nuevas, sino reproducciones de la identidad de terceros.
El episodio se suma a un debate global sobre los límites de la IA en la recreación de personas reales. Mientras plataformas competidoras como xAI de Elon Musk también generan imágenes de famosos en ropa interior, la decisión de Meta de integrar estos chatbots directamente en su ecosistema social refuerza la discusión sobre hasta dónde puede llegar la tecnología sin vulnerar derechos fundamentales.




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