Recursos humanos: La millonaria cacería por los talentos de la IA
- Malka Mekler
- hace 1 día
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La competencia por trabajadores especializados en inteligencia artificial obliga a los gigantes tecnológicos a ofrecer compensaciones dignas de superestrellas del deporte: bonos millonarios, capital accionario y condiciones fuera de ciclo.

En Silicon Valley, la competencia por liderar el desarrollo de la inteligencia artificial entró en una nueva fase: la batalla por el talento superestrella. Según información de Reuters, empresas como OpenAI, Google y xAI están desplegando recursos sin precedentes para atraer y retener a los investigadores individuales (ICs, por sus siglas en inglés) cuyas capacidades pueden definir el éxito o el fracaso de un modelo de IA.
El fenómeno, que recuerda más a los fichajes de atletas profesionales que a procesos convencionales de reclutamiento, se intensificó tras el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022. Desde entonces, las ofertas salariales, bonos de retención y paquetes de acciones destinados a un pequeño grupo de expertos escaló a niveles inéditos. OpenAI, por ejemplo, ha ofrecido bonos de retención de US$2 millones y aumentos de acciones valorados en más de US$20 millones a investigadores que evaluaban abandonar la compañía. Según siete fuentes citadas por Reuters, los paquetes anuales de compensación para los principales investigadores pueden superar los US$10 millones.
Google DeepMind no se queda atrás. Ha otorgado compensaciones de hasta US$20 millones por año a algunos investigadores clave, acortado los ciclos de adquisición de acciones de cuatro a tres años, y repartiendo bonificaciones fuera de los ciclos habituales solo para perfiles de IA. En comparación, un ingeniero de alto nivel en una gran tecnológica promedio recibe alrededor de US$281.000 en salario y US$261.000 en acciones, según datos de Comprehensive.io.
La escasez de talento es crítica: las fuentes consultadas estiman que solo hay unas pocas docenas, tal vez mil, de individuos que reúnen las habilidades técnicas y científicas para marcar la diferencia en el desarrollo de modelos de lenguaje de gran escala. Sam Altman, CEO de OpenAI, describió a estos perfiles como "ingenieros de 10.000x", aludiendo a que su impacto es exponencialmente mayor que el de un desarrollador promedio.
La competencia también dio paso a movimientos estratégicos. Tras su salida de OpenAI, Mira Murati fundó su propia startup y reclutó a más de 20 exempleados de la compañía, sin tener aún un producto en el mercado. Este tipo de migraciones y el surgimiento de nuevas firmas como SSI, liderada por Ilya Sutskever, están reorganizando el mapa del talento en IA.
Ante la dificultad de encontrar talento visible, algunas firmas como Zeki Data recurren a métodos inspirados en la industria deportiva, como el análisis estadístico tipo Moneyball, para identificar investigadores prometedores. Este enfoque detectó, por ejemplo, que empresas como Anthropic están reclutando perfiles con formación en física teórica o computación cuántica.
El cambio de paradigma es claro: ya no se trata solo de construir infraestructura o lanzar productos disruptivos, sino de asegurar las mentes capaces de empujar los límites de lo posible en la IA. Como explicó Sébastien Bubeck, ex vicepresidente de investigación en IA generativa de Microsoft y ahora en OpenAI, “estamos viendo una afluencia de talento desde todos los campos hacia la inteligencia artificial. Y algunas de estas personas son muy, muy brillantes… y marcan la diferencia”.