¿Una IA "anti-woke"? El gobierno de EE. UU. apunta a los algoritmos con carga ideológica
- Malka Mekler
- 24 jul
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La administración Trump planea emitir una orden ejecutiva que obligaría a las empresas que desarrollan inteligencia artificial y que aspiran a contratos federales a garantizar que sus modelos sean políticamente neutrales.

De acuerdo con The Wall Street Journal, la medida responde a la percepción de que ciertos sistemas de IA muestran un sesgo liberal, especialmente en los generadores de texto e imagen ampliamente desplegados por grandes tecnológicas.
Entre los impulsores de esta iniciativa figuran David Sacks, asesor de IA del gobierno y cercano al Presidente, junto con Sriram Krishnan, consejero principal de políticas en la Casa Blanca. Ambos han expresado su preocupación por respuestas generadas por asistentes como Gemini de Google, que han sido señaladas por distorsionar representaciones históricas o responder de forma que algunos usuarios consideran ideológicamente cargada.
La orden ejecutiva podría tener un efecto significativo en la industria, ya que prácticamente todos los grandes desarrolladores compiten por participar en el ecosistema tecnológico del gobierno federal. La medida forzaría a las empresas a extremar los controles sobre los datos con los que entrenan sus modelos y los resultados que producen, en un contexto en el que estas tecnologías aún presentan alucinaciones o generan respuestas imprevistas.
El decreto se sumaría a un paquete más amplio de directrices sobre inteligencia artificial que la Casa Blanca presentará en los próximos días como parte de una estrategia para competir con China en esta carrera tecnológica. Además de la neutralidad ideológica, se prevén acciones para acelerar la construcción de centros de datos, aumentar la producción energética asociada a estos desarrollos y fomentar las exportaciones de chips avanzados a países aliados, como Emiratos Árabes Unidos.
Este enfoque podría reconfigurar el panorama competitivo para desarrolladores como xAI, la empresa de Elon Musk, que se ha posicionado explícitamente en contra de la “IA woke”, o Anthropic, fundada por exmiembros de OpenAI y vista por algunos funcionarios como más afín a posiciones progresistas. Sin embargo, la imposición de estándares de neutralidad podría abrir un debate técnico profundo sobre cómo definir, medir y garantizar la ausencia de sesgo en sistemas que aprenden del vasto y contradictorio contenido de internet.
Mientras algunas compañías intentan desarrollar IA sin filtros ideológicos, el gobierno busca ahora establecer reglas claras sobre los límites y expectativas para las tecnologías que desee integrar en el aparato federal. Para muchos observadores, esta medida marca un nuevo frente en la creciente disputa entre política e innovación tecnológica.